viernes, 31 de mayo de 2013

TODO EMPEZÓ




            Uno nunca sabe hasta  dónde puede llegar cuando algo le gusta,  o cual es el momento de iniciarse en  un mundo hasta entonces desconocido. Siempre trabajando en la mesa de un escritorio y entre papeles. Nunca hubiese imaginado lo que uno es capaz de hacer.

            Mis inicios fueron variar el color de un mueble auxiliar,  ya sin armonía con el resto del cuarto que acababa de cambiar. Tirarlo no, porque fue comprado en un momento de complicada economía, cuando hacer un desembolso suponía un problema para cuadrar las cuentas.

            Algunos de los objetos que adquirimos en nuestra vida, cobran un valor sentimental que va más allá de la utilidad, e incluso el coste de los mismos. Al restaurarlos, dándoles una imagen diferente, y  de esta forma evitar desprendernos de ellos, conservamos también el valor sentimental de dicho objeto.

          Mi primeros conocimientos fueron las pinturas acrílicas. Brocha, una buena terminación  y asunto terminado. Con el tiempo, mis inquietudes fueron creciendo y descubrí el maravilloso mundo de las maderas; y el conocimiento de ese mundo me llevó a iniciar un curso de restauración del mueble y desde hace diez años sigo dando cursos. Siempre hay buenos profesionales que tienen mucho que aportar. Hoy en día, conservo y restauro cualquier mueble o pieza de madera que cae en mis manos.

BOTELLAS

             La afición viene de una casa rural en la que estuve. De forma muy estudiada en una esquina tenían muchas botellas juntas. Miraba sus formas, sus anchuras, sus alturas... Y entonces decidí  hacerme con botellas y dar un pasito más allá.

            Pintadas a mano con pinturas acrílicas americanas y acabadas con una capa fina de veladura para conseguir mayor transparencia.

            Siempre jugando con los colores de la naturaleza según los miro yo,  y basándome en la naturaleza paisajística que a lo largo de los años he ido reteniendo en mi memoria, para, aprovechando muchas veces la transparencia del cristal, traspasarlo a las botellas.

            Unas van en tonos azules, grises, blancos... una mirada al cielo en primavera con sus tormentas... Otras en tonos verdes, recordando los campos, bosques, tierras sembradas, cosechadas... Y otras en ocre o marrón,  con esa mezcla de colores de ese gran patrimonio natural paisajístico que   son las tierras de Castilla y León que son las que más frecuento.

LOS PINOS CON NUECES

            Un homenaje a ellos por su forma y al nogal, ambos por su diversidad. La restauración del mueble lleva muchas veces por no decir todas a dar un tinte para conservar su color, o bien, cambiarlo. Del nogal se extrae la nogalina, básico para tintes en madera. Su madera noble y bella para cualquier mirada que precie lo auténtico. De él extraemos las nueces, fruto rico en omega 3 y del consumo de ese fruto nacen los pinos.

            El primero que terminé lo coloqué entre la decoración de la propia casa hasta que terminara de secar. La idea inicial era la de un adorno para Navidad, pero como lo terminé en el mes de abril y me gustaba como quedaba, allí se quedó. La idea fue creciendo  y sumé otro pino a distinta altura y ambos los mezclé con las botellas pintadas, haciendo un entrelazado con las ramas que las acompañan. 

            Cuando llegaron las Navidades mi primer rincón de la casa ya estaba casi listo, incorporé  a todo adornos Navideños, también hechos por mi y de esa forma he conseguí un quita y pon que me resulta muy sencillo y cómodo.

            Su elaboración solo requiere dosis de paciencia. Están teñidos con anilinas y una vez formado el pino se pinta con pintura acrílica americana. La última mano, siempre a pincel seco y dependiendo del color del pino una capa de veladura para conseguir transparencia.

         Y ahora paso ha dejaros  mi tarjeta de presentación con estecollage que es una muestra de los trabajos que realizo. Espero que os gusten.










Algunas de las botellas con las que he trabajado recientemente. Para mí es gratificante poder reutilizar algo que acabaría irremediablemente en un contenedor.