Aun lo recuerdo por las emociones
que viví, y que aún siguen vivas. Salían los novios de la habitación del Hotel, coincidimos en
el pasillo cuando me llaman, y me entregan el ramo de novia. El ya marido así
lo decidió también. Un momento lleno de emociones por ser la elegida siendo
consciente de todas las alternativas que podrían tener y el significado de a quien entregar el ramo.
Durante bastante tiempo estuvo en
casa hasta que secó del todo. Como eran muchas emociones decidí comprar una pieza de cristal y allí
meterlo para conservarlo para siempre. Así quedó y así sigue presente entre nosotros:
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